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Le decomisaron el auto por robar caños petroleros. «Hacía una gauchada», dijo

Ocurrió en la zona de Medanito

Cayó cuando, junto a un sobrino menor de edad, desenterraba los tubos en el yacimiento Medanito. Lo condenaron a prisión en suspenso y la incautación del auto, que busca recuperar.

El Superior Tribunal de Justicia rechazó una impugnación de carácter federal y ratificó el decomiso de un auto VW Gol Trend y un carro a un hombre condenado a dos años y seis meses de prisión en suspenso por intentar robar caños tubing en un yacimiento petrolero cercano a Catriel.

El hecho ocurrió el 13 de noviembre de 2021 en la zona de Medanito, a unos 20 kilómetros de la localidad. Esa medianoche, un policía que cumplía tareas adicionales y un efectivo de seguridad privada que recorrían el predio encontraron ambos rodados, lo que permitió la detención del acusado y un adolescente de entonces 14 años, su sobrino.

Después descubrieron un corte realizado en el alambre perimetral y, desenterrados, diez caños de casi 2 metros de altura que sostenían el cerco.

El hombre fue imputado por “robo doblemente agravado por ser cometido en despoblado y por la participación de un menor en grado de tentativa”.

En un juicio abreviado realizado a mediados del año pasado aceptó su culpabilidad la condena de dos meses y seis meses de prisión en suspenso. Pero no estuvo de acuerdo con la confiscación del vehículo propuesto por la fiscal Analía Díaz.

La defensora Oficial Silvana Ayenao, alegó que no se pudo comprobar que el auto iba a ser utilizado para llevarse los caños, solo que habían ido a robarlos. También resaltó que el vehículo es su herramienta de trabajo, ya que con él vende manzanas en comercios.

Por ese motivo el acuerdo fue parcial y solo incluyó la primera parte. En el juicio de cesura el juez Guillermo Merlo avaló el acuerdo inicial establecido entre las partes, como también la incautación del auto. Lo consideró “indispensable” para cometer el hecho. Sugirió que lo entregaran para su uso al Gabinete de Criminalística o a la Comisaría de la Familia de esa localidad.

Pero Ayenao no quedó conforme y elevó una impugnación ordinaria que inicialmente el Tribunal hizo lugar y ordenó que le restituyan el vehículo y el cargo.

Si embargo la Fiscalía volvió a reclamar la decision y nuevamente el Tribunal de Impugnación -con diferente integración- revocó el fallo anterior y confirmó lo actuado el tribunal de primera instancia.

Ayenao volvió a insistir con una impugnación extraordinaria que fue denegada, por lo que presentó un recurso extraordinario federal, desestimado ahora por el STJ.

Decomiso “desproporcionado”

La defensora Ayenao sostuvo que lo resuelto en el fallo “se aparta de los principios de razonabilidad, proporción y humanidad de la pena”. Alegó que el acusado intentó robar “caños fuera de servicio, inútiles” y que no estaban «aptos para ser utilizados como medio o conector de hidrocarburos».

Sostuvo que el castigo provocó “una contradicción con el daño que le genera” ya que, resaltó, el Gol es “su medio de vida y con el que ayuda a sus hijos”, por lo que consideró que el decomiso “es desproporcionado”.

El planteo de Ayenao fue respaldado por el defensor General, Ariel Alice, quien coincidió en que el Gol «es un instrumento que le resulta necesario al hombre para desarrollar sus tareas laborales, de modo que se le impide su subsistencia y el cumplimiento de los deberes alimentarios con sus hijos». También refirió que fue un «delito tentado» y que los caños eran inservibles. Advirtió que principios constitucionales fueron vulnerados.

Pero el Tribunal manifestó que se debía evaluar la conducta del condenado en un «contexto total» y remarcó que se trasladó hasta el lugar «con herramientas y movilidad específica para transportar los caños tubing, cortar alambres, desenterrar los caños, cargarlos al vehículo».

También mencionó «consecuencias directas» ocasionadas como el riesgo a la seguridad vial que expuso al eliminar, con el corte del alambrado, la contención de los animales del campo donde se encuentra el yacimiento.

En cuanto al bajo valor del botín alegado por la defensa, revelaron que cada caño tenía un valor de entre $ 6.000 y $ 10.000, de acuerdo lo que expresó el mismo condenado, ratificado por un testigo. Pero, recalcó, «tienen un alto valor en cuanto a la finalidad en que son utilizados”.

Era “una gauchada”

En el juicio realizado el año pasado accedió a declarar el acusado, entonces carecía de antecedentes penales.

Dijo, tras admitir su culpabilidad, que no se dedica a robar y que siempre había trabajado. En aquel momento vendía manzanas en comercios.

Sostuvo que en este caso lo hizo para “hacerle una gauchada al hijo de su ex mujer, quien quería cerrar su terreno y necesitaba los caños”.

Resaltó asimismo que de su trabajo depende la cuota alimentaria de su hijo menor y de la ayuda económica que da a su hija.

De hecho, su defensora Ayenao propuso la declaración de testigos que afirmaron la ocupación que tiene y que es “buen vecino”.

Al final del debate el condenado dijo que “le da bronca lo que hizo” y también impotencia, porque “hace tres meses hubo un hecho similar siendo el autor un policía a quien nada le han hecho”.

(LMCipolletti)



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